El problema fundamental de su pensamiento

El problema fundamental de su pensamiento gira en torno a la cuestión de la unidad y la multiplicidad: el problema de la identidad y la diferencia y su explicación causal. La generosa heterogeneidad de seres que observamos en el universo ha de ser explicada, como postuló tantos siglos antes Aristóteles, por sus causas. Ahora bien; ¿cómo podemos acceder a esta unicidad? ¿Cómo podremos demostrar verdaderamente cuáles sean las causas de todo lo real y múltiple? Parece evidente que el conocimiento de los principios determinantes y rectores del mundo no puede adquirirse a través de la experiencia (que nada puede decirnos acerca de las conexiones necesarias entre los hechos), sino por el puro proceder de la mente, según sus propias leyes. En esto consiste la labor filosófica realizada por Spinoza “more geométrico”, según el modo geométrico.
Conozco las cosas cuando conozco su génesis, de la misma manera que las matemáticas y la geometría generan su objeto (génesis) desde el interior del entendimiento mismo, independientemente de lo empírico y de la temporalidad. La filosofía de Spinoza, sobre todo su más importante obra titulada Ética demostrada según el orden geométrico, toma como modelo el proceder deductivo y a priori de las matemáticas, basándose en la suposición de que “el orden y la conexión de las ideas es lo mismo que el orden y la conexión de las cosas” (Ética demostrada según el orden geométrico) El orden causal que rige los acontecimientos es idéntico al orden que el entendimiento sigue cuando opera con las ideas, es decir, cuando construye a priori o independientemente de la experiencia su objeto, tal y como hacen las matemáticas y la geometría, disciplinas modélicas por su rigurosa certeza.
Ahora bien, el proceder puro de la mente evidencia que no hay una pluralidad de causas de los acontecimientos, sino una única causa eficiente de la totalidad, denominada por Spinoza, Dios o la naturaleza, Deus sive natura, afirmación que puede interpretarse como una naturalización de Dios o como una teologizarían de la naturaleza. Frente al dualismo cartesiano y el pluralismo metafísico de las mónadas de Leibniz, Spinoza postula un monismo metafísico: únicamente existe una substancia y sólo una, entendiendo por tal:
“aquello que es en sí y se concibe por sí; esto es, aquello cuyo concepto no necesita del concepto de otra cosa, a partir de lo cual deba formarse”.

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